MADRID: CÓMO ES UN VOLUNTARIADO CON WORLDPACKERS
Viví dos meses y medio en Madrid. El primero haciendo un voluntariado en el mejor hostal en el que he podido ser voluntaria: Hostel One Madrid; dos semanas de aquí para allá (en casa de amigos); y después estuve en un piso en el que viví con mi hermana durante un mes.
Esto me permitió experimentar Madrid como turista, como viajera y también como residente (si se pudiera decir así). Todas las etapas fueron buenas, pero la primera es la que no cambio por nada! Y de esa es de la que voy a hablarles (en un siguiente post les daré algunos tips de la ciudad).
MADRID COMO TURISTA (CON WORLDPACKERS)
Vivir en un hostal es una de las mejores experiencias que he tenido. Es verdad que dejas de tener tu habitación propia, pero te llenas de hermanos de todo el mundo y compartes una experiencia que te transforma, a ti y a ellos, y, por tanto, son hermanos con quienes te transformas, evolucionas, creces, aprendes. Y eso, señores, no tiene precio, esas relaciones y lazos que se forman, aunque se separan una vez terminado el mes o el tiempo de voluntariado que hagas, se mantiene. Se mantiene porque la intensidad con la que vives ese mes es tan fuerte que es imposible que lazos así se rompan…son lazos que se estiran. Es raro y especial porque de ser desconocidos, estas personas se convierten en amigos. De esos amigos que son como de toda la vida. La confianza a la que llegas es así.
¿QUÉ TIENE DE BUENO IRTE SOLO A VIAJAR Y COMO VOLUNTARIO?
Viajar solo tiene algo especial que no se consigue de otra manera: conocerse, reafirmarse y darse a conocer de esta manera. Porque sales de tu contexto habitual, de tu zona de confort y te enfrentas a una realidad nueva, distinta, desconocida, y en la cual tú también eres un desconocido. Lo maravilloso de eso es que al ser desconocido rompes toda atadura a tu pasado y a la sociedad. Por eso es que te conoces, reconoces y presentas al mundo. Reafirmas quién eres porque ya no hay un contexto o una historia pasada que te condicione. Y te presentas así al resto, como una hoja en blanco. ¡Y quién no quisiera eso!
Viajar te da la oportunidad de enmendar errores o cuestiones personales, de presentarte a otros en blanco y de dar a conocer esa persona que descubres cada día ¡descubrimiento del cual serán parte esas personas también! Y como son parte de eso, el vínculo que se forma con las personas que viven contigo es único y distinto a muchos otros.

Viajando solo y trabajando como voluntario en un hostal, o en cualquier lugar, llegas a tener un vínculo profundo con las personas con las que compartes tu día a día. No pasa lo mismo que con las personas que se hospedan en el hostal, porque esas personas se van rápido. Los voluntarios en cambio, se quedan más tiempo. Evolucionan juntos.
En Madrid pude vivir esto con los voluntarios que estuvieron conmigo en Hostel One. Ahora cada uno está en un país distinto (Italia, Alemania, Sudáfrica, Australia, Argentina, España) pero nos une esa experiencia de haber sido hermanos durante un mes. Conocemos las grandezas y las debilidades de cada uno, su capacidad de entrega y sacrificio, su buen o mal humor, sus aptitudes para la cocina o para mantener el orden…TODO. Y nos queremos.
Y aunque terminé hablando de ellos y no de Madrid en sí, ellos son las personas que Madrid me presentó y por las que estoy más agradecida que nunca.
Definitivamente, haber hecho este voluntariado a través de WorldPackers ¡fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado! Por eso les dejo el link a la página de WorldPackers para que se inscriban y tengan $10 de descuento con mi código: MOCHILEANDOVOY.