EL FAMOSO CAMINO DE SANTIAGO – MI HISTORIA Y ALGUNOS TIPS QUE PUEDEN SERLES ÚTILES
He vivido aproximadamente un mes en Pamplona y ayer (recién ayer) hice un tramo del Camino de Santiago. Después de haber conocido a muchos peregrinos que pasan por aquí y se hospedan en el hostal en el que estoy viviendo – Hostel Hemingway – lo hice. ¡Y me encantó! Aunque, por muda, me deshidraté y estuve a punto de ir al hospital por eso…
Todo comenzó gracias a Facebook. A mi querida amiga Ceci le invitaron a un evento: “BAIKORRI RONCESVALLES” y ella me invitó a mi. Yo fui, pero ella no. Era para hacer un tramo del Camino de Santiago, saliendo con un grupo de jóvenes, de la Pastoral Universitaria de Navarra, desde Pamplona. un total de 14 km a pie.
Sin saber muy bien en qué me metía -porque, la verdad, aunque hacer el camino completo está entre mis planes y aunque me han contado al respecto del mismo, nunca he investigado mucho al respecto- fui. Llegué un poco tarde al punto de encuentro por lo que sabía que iba a la deriva, a ver si lo lograba, y cuando llegué una cara sonriente de un hombre de unos 40 años de edad, me pregunto sonriente si iba al Camino. Desde ese momento supe que había tomado la decisión correcta y estaba feliz con ello.
Me subí a una buseta junto a otros 7 caminantes, que ya se conocían de antes, y empezamos un recorrido de una hora aproximadamente hasta llegar a Francia, a un pueblo llamado Arnéguy. Y una vez que estuvo completo el grupo, 14 personas en total, empezamos a caminar. Y entendí por qué la gente se prepara para esto. Si que haya pasado una hora siquiera, ya estaba sudando y las piernas me mataban. No estoy acostumbrada a este tipo de caminatas, por lugares hermosos y paisajes deslumbrantes, en grupo. Porque cuando vas en grupo, vas en grupo. Es decir, alguien marca el paso y el resto le sigue a un ritmo similar. ¡Y yo no sirvo para eso! Por lo general, si voy en grupo, trato de adaptarme al resto pero como los conozco trato de influir para que vayamos más despacio y apreciando el paisaje. Pero aquí, no conocía a nadie.
Ibamos rápido y yo no lo lograba. Por suerte, Maialen, mi nueva amiga, se compadeció, o no sé qué, de mi y disminuyó la velocidad igualándose a la mía. Eramos las últimas del grupo. 4 horas de conversa imparable, paisajes hermosos y un duro camino en ciertas partes. El día estuvo bueno, salió el sol en días e hizo un poco de calor, pero aún así había nieve en ciertos lugares. En un punto la subida era demasiado para mí y, David, el hombre con el que me topé al llegar al punto de encuentro, que además es uno de los sacerdotes más chéveres que he conocido (creo que él es quien organiza estas salidas: 2 al mes, una al monte y otra a hacer un tramo del Camino), estaba esperando a que nosotras llegásemos y, como estaba en su furgoneta, nos acercó un poco al siguiente tramo (nos quitó 1km de subida de encima). Después de eso nos faltaba únicamente 1.5km para llegar a Roncesvalles
La Abadía ahí es preciosa, medieval y con vitrales que la decoran. Compré mi credencial de caminante ahí y regresamos a Pamplona. Estaba llena de energía al llegar al hostal. Como si no hubiera tanto esfuerzo como el que hice. Almorcé (un poco tarde porque eran casi las 4pm) y decidí tomar una siesta. Y ahí empezó todo. No pude conciliar el sueño, tenía mucho calor y estaba con la mandíbula muy tensa. Me levanté, me duché y empecé a sentirme peor. Me sentía “mal”. Le comenté a Dorlin lo que me pasaba -Dorlin vive en el hostel también- y me dijo que por lo que le contaba parecía que estaba deshidratada o insolada. Tenía lógica que esté deshidratada porque, para evitar que me diera ganas de ir al baño, preferí no tomar agua durante el trayecto. Eran casi las 6pm y recién estaba tomando agua desde como las 8am. En el medio solo había tomado un vaso de jugo a las 4pm.
Decidí salir a comprar algo como Pedialite y en el supermercado me aconsejaron ir a la farmacia. Me sentía peor, como desesperada por llegar a una de las pocas farmacias que estaban abiertas a esa hora. Finalmente llegué y le comenté mis síntomas a la chica que atendía y le pedí que me recomendara algo. Su consejo fue: “yo te diría que vayas a urgencias” -¿¡A urgencias!? ¡No podía creer lo que estaba escuchando! Siempre había creído que era una exageración eso de ir al hospital por deshidratación y ahora me estaban diciendo que era lo que tenía que hacer!!! Le pedí una solución alternativa “porque no me sentía tan mal como para ir al hospital” y me dió suero oral. Si no me pasaba el mal estar con esto, iría al hospital.
Empecé a tomar esto y me quedé en el cuarto, tratando de relajarme. Llamé al seguro para tener la certeza de que cubrirían el costo del hospital en caso de que fuera; escribí a mis amigos médicos pidiendo consejo sobre qué hacer en estas circunstancias y esperé. Traté de dormir un poco pero no lograba conciliar el sueño así que tomé la resolución de ir a la clínica. Ya casi lista para salir y habiendo quedado con una amiga para que me acompañara, se lo comenté a Dorlin y entonces, esta sabia mujer me hizo pensar “¿Te sientes peor que antes? -No. -Entonces mejor espera”. Dudé en hacerle caso por un momento pero sabía que tenía razón. No quería ir al hospital por una falsa alarma y que me digan “no pasa nada, vaya a su casa mijita” y quedar como la típica persona a la cual critico (lo hago ) por ir al hospital por cualquier cosa y sin verdadera necesidad. Además, justo ese rato, uno de mis amigos médicos que tiene especialidad en estas cosas, me respondió y me aconsejó no ir todavía: hidratarme, tomar algo para el dolor de cabeza y esperar.
¡Hoy en la mañana me levanté perfecta!
LO QUE APRENDÍ DE TODO ESTO Y ALGUNOS CONSEJOS:
1. ¡Merece TOTALMENTE la pena hacer el Camino de Santiago! pero hay que ir preparados:
Con zapatos para caminar: cómodos, todo terreno e impermeables.
Si pueden comprarse esos palos para caminar, supongo que se llaman trecking sticks, ¡cómprenlos! Maialen me prestó uno de los suyos ¡y esa cosa me salvó!
Sin mucho peso en la maleta (ya de por sí es pesado llevar cosas en la espalda en un camino plano, ¡imagínense hacerlo por un camino de tierra, irregular y con muchas subidas y bajadas!
No lleven mucha ropa, pero sí un poco de todo. Salimos en un día frío (a pesar del sol) e incluso había nieve, pero cuando empiezas a caminar, el calor es tal que todos los sacos sobran…aunque hay momento en los que el viento frío es fuerte y necesitas guantes, chompa y bufando como mínimo. Antes pensaba que la gente que decidía hacerlo en esta época estaba loca pero ahora pienso que es de las mejores porque el frío del ambiente se complementa con el calor corporal generado al caminar.
Llevar comida tipo dátiles, maní, plátano, almendras, frutos secos, sánduches y comerla cada 2 – 3 horas para que el cuerpo se mantenga con energía. Si son como yo y su cuerpo no siempre manifiesta hambre o necesidad por comer, entonces no le hagan caso y coman algo cada cierto tiempo y que no sea muy espaciado!!!
Llevar agua y/o bebidas hidratantes. Eso pesa en la maleta y puede darnos miedo o pereza de que nos dé ganas de ir al baño en el camino (y peor si somos mujeres) pero, creanme, ¡NO IMPORTA! Es preferible buscar dónde ir al baño por ahí y poder seguir con el día/tarde/noche con normalidad a estar en riesgo de tener que ir al hospital!!! A mi no me dio sed nunca mientras caminaba. Si eso les pasa, tampoco importa…aunque el cuerpo no lo pida, ¡hay que darle agua!
Si van solos, procuren no salirse de la ruta. Gente se ha extraviado y a algunos han encontrado muertos…triste y dura realidad, pero realidad…
2. Cuando se sientan mal, enfermos:
Acudan a la persona indicada para pedir consejo: indicada no es necesariamente aquella que ya pasó por eso, aunque ayuda mucho, especialmente si lo vivió bajo las mismas circunstancias. No lo mencioné ayer pero estaba aquí unos amigos de Dorlin y ellos, gracias a los que habían escrito otros viajeros acerca del camino, me dijeron que era común que pasara esto y me aconsejaron lo mismo que mi amigo médico: hidratarme, pastilla para el dolor de cabeza y descansar.
Sean claros y concisos al explicar los síntomas. Después de haber ido la farmacia me di cuenta de que le dije a la chica que me había mareado. Y sí, me mareé porque el camino desde Pamplona hasta Arnéguy es atravesando montañas y hay muchas curvas (y el conductor de la furgoneta no se preocupó mucho por los posibles mareos y las curvas) y este mareo fue antes. Si me hubiera mareado después de todo, cuando empecé a sentirme mal, entonces si podría haber estado en un punto en el que tenía que ir al hospital…
No piensen que lo que les pasa es lo peor que les pudiera estar pasando. Eso lleva a maximizar el dolor y a pensar que, efectivamente, ir al hospital es la única manera de solucionarlo. ¡No! Yo estaba, físicamente, igual de mal antes y después de hablar con la chica de la farmacia, la diferencia es que después de esa conversación, psicológicamente estaba predispuesta de que estaba tan mal que necesitaba ir a urgencias para poder solucionar lo que me pasaba…y no. Unas cuantas pastillas para un dolor de cabeza común y corriente y suero oral hidratante fueron suficientes para devolverme a la normalidad. Pero para decidir tomar esta medida tuve que calmar mi cabeza y mis ideas, y esperar. Muchas veces tendemos a pensar que estamos peor de lo que en realidad estamos y eso nos lleva a estarlo, aunque sea en nuestra actitud y predisposición a lo que nos presente. (Lo peor de esto es que no se da únicamente a nivel de salud sino de autoconfianza…y eso es gravísimo. Vean este video al respecto: https://www.youtube.com/watch?v=Sg9mYVipH-U
Paciencia
Un buen seguro médico. Supongamos que estaba muy mal y me tocaba ir al hospital y quedarme una noche ahí. Ese es un gasto que no he contemplado y que, dependiendo del lugar en el que estés, puede ser sumamente costoso. No conozco los precios aquí pero asumo que no es tan barato. Si no hubiera sido porque tengo un seguro que, desde ayer, me parece excelente, este descuido de no tomar agua me hubiera costado algunos viajes, o quien sabe…Pero el seguro me hubiera salvado: me cubría los gastos médicos totales, el taxi, en caso de que tuviera que tomarlo, y, si me tocaba pasar una noche ahí, ellos pagaban todo directamente al hospital. Si van a viajar, se los recomiendo: https://www.expatinsurance.eu/en/Home.aspx. Aunque bueno, como estoy estudiando por aquí, el mío tiene algún vínculo con la universidad y por eso es tan completo y el precio que pago es excelente, en otros casos, les tocará averiguar!
Empecé mi recorrido ayer y lo continuaré por tramos una vez al mes. Va a ser una experiencia distinta a la que hacen el resto de caminantes pero igual de hermosa. No obstante, entre mis planes sí está completar los últimos kilómetros de manera seguida. Sin pausas, aunque a mi ritmo. Para esto, creo que voy a tener que hacerlo sola…y la verdad es que me encanta la idea. Quiero una experiencia queme trascienda (aunque si me da un poco de miedo perderme) y que, como cada viaje y recorrido que he hecho por mi cuenta, me obligue a retarme, a auto-conocerme bien y mejor y a valorar más a los amigos, la familia y la compañía de la gente. A la final, aunque me encanta viajar sola, la finalidad de todo esto es conocer gente en el camino…porque la vida en soledad no es vida, ni es natural, ni humana.
Si quieren ver más fotos de esta experiencia tan hermosa, ya conocen mi instagram: @MochileandoVoy